Este es uno de mis libros de cabecera. Lo he leído, o estudiado más bien, en diferentes etapas de mi vida, y en cada ocasión que recurro a él me ofrece nuevas claves para seguir creciendo.
Además esta obra me impulsó a acercarme a la meditación, o dicho en palabras del autor observar al pensador.
Esto es lo que yo llamo observar al pensador, que es otra manera de decir:escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente ahí como presencia que atestigua.
Cuando escuches esa voz escúchala imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significará que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.
Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia no es un pensamiento, surge de más allá de la mente.