Esta mañana, mientras caminaba por la playa, en mis auriculares sonaba la canción de Jarabe de Palo, Hoy no soy yo. Pau Donés se lamentaba en la letra, y al escucharla, inevitablemente, un montón de preguntas han comenzado a agolparse en mi mente: «¿Solamente hoy no lo sabes? A caso ¿Eres realmente tú alguna vez? ¿Sabemos quiénes somos realmente?» E incluso una más profunda: «¿Y si esa que creo ser no es más que una construcción? ¿Algo así como un personaje que he ido construyendo desde que era una niña para adaptarme a lo que creía que se esperaba de mí?»
Como psicóloga que realiza terapia para mujeres, una de las preguntas que siempre formulo cuando recibo en mi despacho a una mujer por primera vez, tiene que ver con sus expectativas: «¿Qué esperas conseguir ? ¿Qué necesitarías sentir si iniciásemos un proceso de trabajo juntas?»
Recibo respuestas de todo tipo, pero hay una, que suele repetirse con mucha frecuencia y está relacionada con el tema de la canción:
Quiero volver a ser yo misma… quiero recuperar mi esencia… quiero volver a ser la de antes… ser espontánea.
Para lograrlo debemos comenzar por el principio. Debemos desandar parte del camino recorrido, en el que muchas de nosotras nos hemos ido adaptando tanto a lo que se esperaba de nosotras, que nos hemos desconectado de quienes somos verdaderamente y de lo que necesitamos. Y después será necesario iniciar una nueva trayectoria: La de la autenticidad.
Un camino retador, sin duda, pero para mí el único posible si deseas en lo más profundo ser tú misma.
¿Te animas a tomarlo?
Y es que independientemente de cuáles sean nuestros malestares, existe un anhelo profundo en muchas de nosotras que está relacionado con ser lo más auténticas que nos resulte posible.