Primera entrada del año 2011. Sé que es un poco tarde para hablar de propósitos de año nuevo, y de todas aquellas cosas que se suelen decir cuando abandonamos un año para dar la bienvenida a otro que empieza, y es que estamos casi en Febrero. Pero permitidme…
El azar, mi madre, o la vida quiso que yo viniese a este mundo un 5 de Enero, por lo que yo no sólo doy la bienvenida a un nuevo año, sino que además, estreno un año más en mi calendario. Y esta vez han sido nada más y nada menos que 40!!!.
Cifra esta que me dejó algo aturdida en su momento, no sólo porque creo que tiene algo de simbólico al suponer, no sólo, un cambio de década – y ya sabemos todos que los seres humanos no toleramos demasiado bien los cambios-, sino que también por el hecho de dejar de ser una “treintañera” para convertirme en una “cuarentona”. Hasta el refranero español me acompañaba con el dicho: «A partir de los cuarenta no te mojes la barriga!!!».
Y es que en nuestro inconsciente colectivo existen mil y un tipos de creencias limitadoras en torno a la edad y al ir cumpliendo años.
Sin embargo, un buen día tocó el timbre de mi despacho una persona muy especial, y de la que estoy aprendiendo a derribar precisamente toda esa maraña de limitaciones. Alguien que vio la placa de “Coaching y más” en el portal y quiso saber qué era esto del coaching.
Tan sólo diré que por las mañanas está estudiando inglés, acaba de finalizar un curso en Barcelona, ha comenzado su proceso de coaching, y no sabe aún si quiere o no tener pareja. Hasta ahí todo normal salvo un dato: tiene 78 años!!.
Así pues, a todos los que pensáis que ya es tarde para esto o aquello, que lo mejor de la vida ya pasó, que lo que no hayamos hecho hasta ahora ya no lo haréis… he aquí una gran lección.
Maite