Un corazón lleno de miedo es un corazón lleno de toxinas
Tus miedos son tu vívida imaginación.
Tus miedos son la anticipación de lo que pudiera o no pudiera suceder.
Tu miedo es tu incapacidad de comunicarte.
Tu miedo es tu odio irracional.
Tu miedo es un engaño que surge de tu pensamiento tóxico.
Tus miedos se han convertido en los fantasmas que persiguen tu corazón.
Tu mente poderosa se ha apoderado de tu corazón.
Texto extraído de “Desintoxica tu corazón”. Valerie Mason-John.
En un clima emocional de MIEDO y de ansiedad como el que estamos viviendo, hemos de buscar en nuestro baúl de recursos personales aquellas herramientas y actitudes de las que nos podamos servir para llevar esta situación de la mejor manera posible.
Lo más importante de todo es que seas consciente, en todo momento, de que tu único deber es estar todo lo mejor que puedas, y que si te da por emprender un proyecto que tenías aparcado, está muy bien. Si te apetece ponerte a pintar acuarelas, también. Si has empezado a meditar, o a hacer deporte en casa… también lo está. Lo que no es recomendable es que lo hagas por que te sientes presionad@, o sientas que no aprovechas el tiempo como deberías… esto no hace mas que añadir más presión, y más ansiedad a este momento que ya es ansiógeno en sí mismo.
En este sentido, creo que es importante tener presente que no estamos de vacaciones, ni disfrutando de unos días de tiempo libre. Estamos viviendo una crisis a nivel mundial con consecuencias terribles para la salud, para la economía, y para nuestros estados mentales y emocionales.
El objetivo de esta entrada es profundizar en estos estados, incluyendo un factor que hemos de tener en cuenta estos días de cara a cuidarnos de la mejor manera que nos sea posible.
Esta situación generadora de miedo y de ansiedad puede hacer que se nos actualicen, agudicen o emerjan viejos patrones de comportamiento que creíamos ya superados, o que aquellos demonios interiores que nos acechaban vuelvan a cobrar protagonismo, haciendo que esos odiosos fantasmas que pensabas tener controlados, quizá te den la lata con mayor intensidad.
Tanto si ya estás inmers@ en un proceso terapéutico, como si no, esta reflexión es para que no caigas en la desesperanza, ni en la desesperación ante la falsa idea que puede surgir en tu mente de que “ya estás otra vez con lo mismo de siempre”, con tus mismos miedos, tus mismas ideas obsesivas, tu misma inseguridad, y tus mismos vicios… Es natural que en estas circunstancias esto suceda. Lo único que puedes hacer es transformar lo que estás sintiendo, y crecer a partir de ello.
Tod@s tenemos un enorme baúl de recursos para hacer frente a la adversidad, muchos aún sin explotar. Se trata de que activemos aquellos que nos pueden ayudar en este crecimiento.
Te diré los que para mí son imprescindibles en estos momentos:
1. Toma contacto contigo mism@, y con lo que sientes:
De igual modo que atiendes y dejas estar tus sensaciones agradables, cuando te asalte el miedo o cualquier sensación incómoda (ansiedad, preocupación, tristeza, desolación,…), atiéndela igualmente, no huyas de ella. Contémplala como si fuera una nube en un cielo azul que viene, se expresa, y se va, dando paso a otras nubes que aparecen. Si te permites hacer este ejercicio, comprobarás cómo esta incomodidad no se quedará dentro de ti durante mucho tiempo.
2. Activa una actitud compasiva y amable contigo mism@, y con los demás:
Permite abandonar las críticas, las exigencias y los juicios. Esto te hará bajar tu nivel de autoexigencia unos cuantos peldaños, lo cual a su vez hará que no seas tan exigente con los que te rodean.
3. Extrae los aspectos positivos del momento, y utiliza el sentido del humor haciendo de ello un hábito.
Toda situación, por muy desagradable que ésta sea, entraña algo positivo, se trata de saber mirar y extraer el aprendizaje.
Además, hacer uso del sentido del humor, que tod@s poseemos, es un buen ejercicio y un buen recurso de cara a atravesar esta situación de cuarentena que estamos viviendo de una manera más amable.
La adversidad ha llamado a nuestras puertas y ha venido para quedarse durante más tiempo del que nos gustaría. Por lo tanto, en estos momentos cuando aprender a regular y gestionar nuestras emociones cobra aún mayor importancia.
Es necesario que empecemos a ir en contra de nuestra tendencia de querer evitar sentirnos tristes, perdid@s, insegur@s, aterrad@s… y hacer como que no pasa nada, como que todo va bien, porque… ¿sabes qué? Que esconder nuestras emociones no hace que desaparezcan. Estas emociones que no quieres atender permanecen en ti, se quedan atrapadas en nuestros corazones, tal y como lo expresa maravillosamente en “Desintoxica tu corazón”, Valerie Jason- John:
Las sensaciones incomodas que nos conectan con nuestra vulnerabilidad se transforman en toxinas para nuestro corazón en forma de ira y odio. Un corazón lleno de miedo es un corazón lleno de toxinas.
Te invito a intentar lo siguiente:
1. Sé consciente de lo que ocurre cuando rechazas tus emociones queriendo quitártelas de encima. Empezarás a tensarte y a sentirte mal, y cada vez más inundad@ por ellas hasta que las atiendas, las transites, y se puedan transformar.
2. Atender tus emociones no significa otra cosa mas que ser testigo de ellas: comienza a observarlas y aceptarlas.
3. Deja que se expresen. Deja que te atraviesen. Tan sólo tienes que observarlas, ser testigo, y respirarlas.
Este es el proceso que permite que tus emociones se disipen y transformen. Permítete vivir una situación como esta de confinamiento, y falta de libertad, desde el amor y la confianza, en coherencia emocional, en lugar de vivirla desde el miedo, el sufrimiento y la carga.
Tan sólo tienes que respirar…
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