Contemplo admirada todos los progresos que mi preciosa niña, que acaba de cumplir su primer año, ha realizado a lo largo de este maravilloso año. Es increíble, como se suele decir, parece que fue ayer!…
Su evolución, silenciosa y casi imperceptible para los que tenemos la enorme suerte de estar a su lado día a día, pero a la vez imparable, me hace reflexionar sobre un concepto fundamental que utilizamos mucho en coaching, que es parte esencial de la vida, como es el concepto de proceso.
Proceso de crecimiento, proceso de aprendizaje, proceso de cambio, proceso de envejecimiento, proceso digestivo …en nuestro día a día utilizamos a menudo este concepto para referirnos a múltiples aspectos, sin embargo creo que en la vorágine de cosas por hacer en la que vivimos nuestros días, y en la necesidad de obtener resultados rápidos, no somos realmente conscientes de lo que la palabra proceso implica.
Mi hijita sí sabe lo que es un proceso, empezó abriendo sus ojos y a mantener su mirada mínimamente enfocada, mostró su primera sonrisa refleja, poco a poco logró controlar los músculos de su cuello para mantener su frágil cabecita, a medida que pasaba el tiempo nos sonreía con intención, una mañana, de pronto se despertó diciendo ge, gi, gu…haciéndonos llorar de emoción, empezó a controlar cada vez más su cuerpecito, jugaba a su manera, hacía sus ensayos diarios para mantenerse sentada hasta que dejó de caerse como un bolo, ya se sentaba sola!.
Un buen día, descubrió que había un enorme mundo por descubrir a su alrededor, y empezó a reptar hasta que consiguió gatear, hoy en día saca brillo a toda la madera de la casa. Día a día nos ha ido relatando todas sus experiencias en un idioma repleto de sonoridad y alegría, señalando con su pequeño índice todo lo que le llama la atención, y dando palmas cada vez que está contenta y oye música.
Ella tiene paciencia, no tiene prisa, sabe que todo viaje de mil millas empieza por un primer paso, que sólo puede dar un paso cada vez, y que en su viaje no caben los falsos atajos.
El mismo trabajo que ha realizado mi hija a lo largo de su primer año, y que seguirá realizando, para lograr y afianzar sus progresos evolutivos, hemos de realizar cuando queremos lograr un verdadero cambio, un objetivo, una meta.
De esta manera el coaching, es también un proceso natural de aprendizaje y desarrollo, un bello viaje de descubrimiento sobre uno mismo, con sus etapas propias y necesarias para lograr nuestros verdaderos objetivos.
Es así cómo el coaching hace sus efectos en las personas, de manera silenciosa, casi imperceptible para los demás, pero imparable, con firmeza, y seguridad.
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