El amanecer es un regalo que cada día me gusta contemplar, aunque sea tan sólo unos instantes. Por desgracia las prisas matutinas me impiden disfrutarlos en todo su esplendor pero, esta mañana, en esta semana tan rara con tanta fiesta intercalada entre días de labor, me lo he tomado con más calma y he sacado esta foto. Al natural era un amanecer rojo, aunque en la foto no se aprecie tan bien.
Desconozco si el efecto del amanecer rojo se ha quedado en mi inconsciente. Pero el caso es que de camino al cole de mis hijas me he descubierto tarareando una canción de Luz Casal que hacía mucho tiempo que no escuchaba, y de la que no me se muy bien la letra, tan sólo una frase venía a mi cabeza …Un nuevo día brillará, se acabará la soledad…
De este modo ha ido transcurriendo el día con el soniquete en mi cabeza, y cual ha sido mi sorpresa cuando he buscado la letra y el estribillo rezaba así: Quiero ver el rojo del amanecer, un nuevo día brillará , se llevará la soledad …
Cuando uno está atento y conectado consigo mismo, con su maestro interno o como sea que cada uno denomine a esta parte de uno mismo que «ya sabe», tiende a establecer relaciones entre las cosas que suceden en su vida cotidiana que cuando estamos dormidos, o con poco nivel de conciencia, nos pasan inadvertidas.
De este modo un sueño, una canción en mi cabeza, o algo que simplemente llama mi atención, se convierten en mágicos hilos de los que ir tirando para descubrir aspectos de mí, para prestar atención a algo que puede ser importante, o como en este caso, para escuchar las palabras que necesito escuchar y tener presente en estos momentos.
Te dejo con la canción por si necesitas también recordar que «Un nuevo día brillará»…
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